viernes, 11 de febrero de 2011

Review: The Tatami Galaxy

Hoy escribo para dar a conocer uno de mis animes preferidos. Lamentablemente no es demasiado conocido, y eso es una cosa que me gustaría cambiar. El anime del que hablo no es otro que “Yojou-han Shinwa Taikei”, o como también se le conoce, “The Tatami Galaxy”.


Título: Yojou-han Shinwa Taikei (The Tatami Galaxy)
Episodios: 11
Estudio: Madhouse
Fecha de emisión: 22 de abril de 2010 – 1 de julio de 2010

No se trata de una de esas series que salen constantemente ahora en la industria japonesa, llena de ecchi, moe y fanservice variado. Este es un trabajo serio, con un dibujo y una animación distintos a lo que estamos habituados (como creo que ya se puede apreciar en la imagen de arriba). Quizá esto sea debido a que no está basado ni en un juego de citas ni en un manga, está basado en una novela homónima, escrita por Morimi Tomihiko. Pero no vamos a hablar de la novela, ya que no me la he leído (no porque no lo haya intentado), vamos al anime.

The Tatami Galaxy nos cuenta la historia de Watashi (“yo” en japonés), un joven que llega a la universidad esperanza de disfrutar la maravillosa “vida de rosa del campus”. En cada capítulo, veremos a Watashi en un club universitario distinto, fracasando en cada uno de ellos y diciéndose que todo hubiera sido diferente de haber estado en otro club. Al final del capítulo su deseo se cumple sin que él se entere: el tiempo retrocede y le da otra oportunidad para encontrarse con la vida color de rosa. Pero en cada una de las ocasiones el resultado es el mismo. Watashi culpa en los casos de sus fracasos a Ozu, un chico de aspecto maligno del que se hace amigo en cada uno de los capítulos; pero acaba dándose cuenta de que no son los clubs ni su amigo los que le llevan a su patética situación, sino que es él mismo quien provoca que su vida acabe en desastre por no saber aprovechar las oportunidades que tiene delante de sus ojos.

El estudio de animación a cargo de esta serie no fue otro que mi adorado Madhouse, lo que me hace tenerle aún más cariño. En las imágenes que os pongo, podéis observar que en algunos casos incluso se utilizan imágenes reales como fondo, lo que demuestra las ganas que tenían de experimentar con esta serie. No os dejéis asustar por los dibujos, la serie es diferente y rezuma originalidad (insisto en que es un oasis en medio del desierto de fanservice que veo constantemente en las animaciones de los últimos años). Tampoco os echéis atrás por lo rápido que habla Watashi, es parte de su encanto y según va avanzando la cosa normaliza un poco, pero no os extrañéis si tenéis que parar el vídeo para poder leer los subtítulos.

Entre escombros, Watashi, observado por el malévolo Ozu y por Jougasaki, el guaperas del club de cine

 Akashi, un año menor que Watashi, sobre un fondo de escaleras de piedra de imagen real

 La adivina que en cada capítulo le dice a Watashi su fortuna (y cuyo precio va incrementándose cada vez más)

 Higuchi Seitarou, primer personaje secundario que aparece y que te hace pensar “¿en qué me estoy metiendo?”

 Nuestro querido Ozu: “Estamos unidos por el hilo negro del destino”. Aprenderéis a quererle

En resumen, un anime excelente, para ver una y mil veces. Un soplo de aire fresco en el panorama actual que seguro que no os dejará indiferentes.

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